Por David Álvarez Martín.
Estamos en campaña. Debido al modelo presidencialista dominicano y las grandes carencias de las capas medias y bajas de la pequeña burguesía -que los lleva a buscar en la política lo que el mercado no les ofrece- es imposible detener la pulsión de centenares de miles de dominicanas y dominicanos que buscan arrimarse a un potencial ganador y así “resolver su vida”. Ellos actúan de tal manera porque están fuera de la nómina estatal o no tienen contratas gubernamentales. Los que si tienen una u otra cosa, buscan que el actual presidente se mantenga en el gobierno para seguir mamando irresponsablemente de la ubre pública.
Atendiendo a necesidades tan elementales es comprensible que el quehacer político dominicano sea tan primitivo. Si en sociedades desarrolladas económicamente la política es asunto de sobremesa, con estómagos llenos y libando exquisitos licores, en nuestro lar la política es asunto de hambres atrasadas que anhelan abalanzarse sobre migajas y pequeños burgueses con almas mediocres por haber nacido en una sociedad desarticulada. La inanición no conoce de esperas y el 16 de mayo del 2012 es tan cercano como mañana.
Al presidente actual la Constitución hechura suya le impide presentarse como candidato, por tanto es razonable suponer que desde hace bastante tiempo él mismo se excluyó de la contienda. Leonel Fernández no tiene un ápice de tonto para suponerle un yerro en sus cálculos políticos para el 2012 y el 2016. Su gestión durante estos dos años que le quedan demostrará la consistencia con el juicio que indiqué. Calcularle intenciones a mediano o largo plazo no es mi oficio, pero lo hecho por el Dr. Fernández hasta el momento conduce irremediablemente a su no postulación para el 2012. Eso no impide que él aliente a lambones y tontos a promoverle como candidato o a que se postulen con un mensaje tan estúpido como el de “si Leonel no va, yo voy”, después de todo la vida política de Leonel no parece haber llegado a su cenit.
Dos candidaturas prometen aportar gran calidad a la campaña del 2012, independientemente de sus niveles de votación. El primero es Danilo Medina, cuya figura política de integridad y capacidad crece cada día, tanto dentro del PLD, como fuera del mismo. Es indudablemente el motor esencial del partido morado en su estructura. Sus maneras pausadas, su preocupación constante por el bienestar de los sectores medios y empobrecidos, le conducen a ocupar la primacía en la simpatía de los sectores progresistas, las capas medias liberales y los moderados del centro. Comparte con Leonel Fernández la convicción de garantizar una estabilidad macroeconómica, pero a diferencia del presidente posee mayor impulso reformador. Es mi candidato para respaldar.
La otra candidatura es la de Pelegrín Castillo. Todavía en sus primeros pasos. Representa en sus trazos generales un discurso conservador, pero racional y moderno, que no ha conocido la derecha dominicana nunca. Todavía muy circunscrito a los ambientes urbanos clase media, ha de ganarse el apoyo de otros segmentos a nivel nacional. Sin una estructura como el PLD, a Pelegrín le toca generar simpatías de cara a las elecciones, especialmente de los sectores más conservadores y gran parte del reformismo disperso. Al igual que Danilo Medina, le adorna la integridad personal, una mente bien articulada y convicción en perseguir objetivos políticos y sociales.
Danilo y Pelegrín se nutrirán electoralmente de la ausencia de un Leonel Fernández como candidato, aparte de las simpatías propias de cada uno. Ateniéndonos a la topografía política tradicional representan entre los dos, a partir del centro, la cobertura de los dos extremos, un Danilo hacia la izquierda y un Pelegrín hacia la derecha, sin que esta división sea del todo exacta. Comparten un fuerte impulso ético respecto a la gestión del gobierno y dos agendas de reformas profundas de la sociedad dominicana. Sería excelente tener que escoger entre los dos como presidentes, pero aún más valioso para el país sería una formula que los integrara. Es temprano para pronósticos, pero no para deseos. Sería de gran provecho para la sociedad dominicana
sábado, 21 de agosto de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
Una sola especie
Por David Álvarez Martín
La genografía está ayudando a comprender como nuestra especie fue poblando paulatinamente todo el planeta y cómo las diferencias fenotípicas entre los diversos pueblos que habitan la tierra son en extremo recientes. Hasta donde sabemos los homo sapiens debutamos como existentes hace unos 250,000 años, poco tiempo si consideramos que los homínidos han dejado rastros que datan de hasta 6 y 7 millones de años. Pero si los homo sapiens somos en extremo nuevos en relación al grupo animal al que pertenecemos, más aguda es la relación del surgimiento de nuestra especie en relación a la existencia de la vida en nuestro planeta, que según los estudios está demostrada en cerca de 3,000,000,000 de años, posiblemente más.
De ese cuarto de millón de años como especie que llevamos existiendo unas primeras 4/5 partes las vivimos en el centro y sureste del continente africano, vale decir unos 200,000 años. Únicamente en los últimos 50,000 años comenzamos a desplazarnos hacia el continente euroasiático y luego hacia el continente americano, generando la diversidad de rasgos fenotípicos que observamos y por supuesto la rica variedad de culturas, lenguas y tradiciones. Somos una única especie, las diferencias son mecanismos elementales de adaptación.
En los últimos cuatro mil años, fruto de los procesos de conquista y colonización de unos pueblos sobre otros a escala global, el proceso de mestizaje se intensifico, prácticamente la inmensa mayoría de los seres humanos tiene una herencia genética que es fruto de complejas mezclas de pueblos y grupos humanos. Con la globalización ese proceso seguirá profundizándose.
Esta perspectiva del origen y desarrollo de nuestra especie humana nos permite superar todas las tonterías que se han predicado sobre la superioridad racial de unos seres humanos sobre otros, ni los prejuicios que se han alentado sobre el mestizaje o el mulataje. Los seres humanos somos una sola especie con los mismos talentos y capacidades, sin importar el color de la piel, tipo de cabello o altura. La integración de individuos con diversos rasgos y provenientes de diversos pueblos, como ocurre en pueblos que atraen la emigración o grandes ciudades del planeta, es un mecanismo de riqueza genética que contribuye a ir forjando una unidad planetaria en base a la interacción de los diversos rasgos y por supuesto la combinación de los elementos culturales que sus miembros traen de sus pueblos.
La genografía está ayudando a comprender como nuestra especie fue poblando paulatinamente todo el planeta y cómo las diferencias fenotípicas entre los diversos pueblos que habitan la tierra son en extremo recientes. Hasta donde sabemos los homo sapiens debutamos como existentes hace unos 250,000 años, poco tiempo si consideramos que los homínidos han dejado rastros que datan de hasta 6 y 7 millones de años. Pero si los homo sapiens somos en extremo nuevos en relación al grupo animal al que pertenecemos, más aguda es la relación del surgimiento de nuestra especie en relación a la existencia de la vida en nuestro planeta, que según los estudios está demostrada en cerca de 3,000,000,000 de años, posiblemente más.
De ese cuarto de millón de años como especie que llevamos existiendo unas primeras 4/5 partes las vivimos en el centro y sureste del continente africano, vale decir unos 200,000 años. Únicamente en los últimos 50,000 años comenzamos a desplazarnos hacia el continente euroasiático y luego hacia el continente americano, generando la diversidad de rasgos fenotípicos que observamos y por supuesto la rica variedad de culturas, lenguas y tradiciones. Somos una única especie, las diferencias son mecanismos elementales de adaptación.
En los últimos cuatro mil años, fruto de los procesos de conquista y colonización de unos pueblos sobre otros a escala global, el proceso de mestizaje se intensifico, prácticamente la inmensa mayoría de los seres humanos tiene una herencia genética que es fruto de complejas mezclas de pueblos y grupos humanos. Con la globalización ese proceso seguirá profundizándose.
Esta perspectiva del origen y desarrollo de nuestra especie humana nos permite superar todas las tonterías que se han predicado sobre la superioridad racial de unos seres humanos sobre otros, ni los prejuicios que se han alentado sobre el mestizaje o el mulataje. Los seres humanos somos una sola especie con los mismos talentos y capacidades, sin importar el color de la piel, tipo de cabello o altura. La integración de individuos con diversos rasgos y provenientes de diversos pueblos, como ocurre en pueblos que atraen la emigración o grandes ciudades del planeta, es un mecanismo de riqueza genética que contribuye a ir forjando una unidad planetaria en base a la interacción de los diversos rasgos y por supuesto la combinación de los elementos culturales que sus miembros traen de sus pueblos.
martes, 10 de agosto de 2010
Siete retos civiles de Ramon Tejada Holguin
Tal como indiqué la semana pasada cuando abrí este blog, aparte de mis artículos semanales de los lunes, incluiré textos que considero de gran valor y que se publican en distintos medios. Comienzo con este texto de Ramón Tejada Holguín acerca del papel de las organizaciones de la sociedad civil, contrario a lo que él afirma pienso que estos 7 retos no son coyunturales, más bien son parte de la naturaleza misma de una organización que se defina como parte de la sociedad civil. (DAM)
Siete retos civiles
Ramón Tejada Holguín es ciudadano
ratehol@gmail.com
“El Caribe del 10 de agosto de 2010”
Con humildad presento lo que pueden ser los 7 desafíos que tienen las organizaciones de la sociedad civil en la actual coyuntura.
1: Alejarnos del “proyectismo”. Las organizaciones necesitan sus propias estrategias de intervención, pero hay quienes participan cuando hay "proyectos" financiados.
2: Es bueno hacer sinergia con el Estado, pero hay que alejarse del peligro de caer en el “consultorismo”, es decir, evitar que la participación en los mecanismos consejos y comisiones sea una forma de conseguir consultoría de parte de organizaciones no gubernamentales.
3: Abandono de la manía concupiscente del consenso y el “tó debemos estar juntos”. Hay áreas de coordinación como la anticorrupción, pero no en todo se debe estar juntos. Hay la necesidad de articulación de “tanques de pensamiento” de los sectores más excluidos y que ayuden al diseño de estrategias. ¿Qué organización política les representa, y cuáles tienen más oído para el mundo empresarial y de los sectores medios?
4: Resignificar lo político. Una tendencia peligrosa, dentro de las organizaciones de la sociedad civil, es el desprestigiar a la actividad política y creer que la buena participación se hace desde las esferas civiles, mientras que lo malo se encuentra en el mundo político. El universo de las organizaciones políticas y el de las organizaciones civiles se alimenta de seres socializados en la sociedad dominicana. Hay buenos y malos en todos lados.
5: Trascender la visión de que necesitamos más reformas institucionales, como si requiriéramos más leyes que engrosen las filas de los papeles que no se cumplen, ni se cumplirán. Usemos lo que hay: Ley de función pública, Ley de acceso a la información, Ley de presupuesto, Ley de compra y contrataciones del estado, decreto que crea las comisiones de auditorías sociales, Ley que establece el sistema nacional de planificación, entre otras.
Las organizaciones civiles y sus representantes hemos participado de una u otra forma en el debate sobre ellas. Algunas leyes apenas se cumplen, otras se violan sistemáticamente, y a pocas les hemos dado un seguimiento constantes, o “gardeo a presión”, como se dice en el basketball. Dejemos de pedir nuevas leyes y dediquémonos a hacer que se cumplan las existentes.
6: Necesitamos un diagnóstico claro, sin temor, no complaciente de la sociedad, del tejido social, del sistema político clientelar, y de las organizaciones civiles en general.
7: Finalmente tenemos el desafío de concentrar nuestras fuerzas, no seguir dispersos y quejándonos de que el otro no quiere aceptar que nuestra idea es la mejor, sin darnos cuenta que somos el otro de ese otro. Hay que dialogar entre nosotros, pero, tomando en cuenta lo diverso y plural de la sociedad civil. Muchas veces en el seno de los debates dentro de las organizaciones civiles decimos, “nosotros esto”, “nosotros aquello”, pero no nos interrogamos seriamente ¿de qué nosotros hablamos?
Siete retos civiles
Ramón Tejada Holguín es ciudadano
ratehol@gmail.com
“El Caribe del 10 de agosto de 2010”
Con humildad presento lo que pueden ser los 7 desafíos que tienen las organizaciones de la sociedad civil en la actual coyuntura.
1: Alejarnos del “proyectismo”. Las organizaciones necesitan sus propias estrategias de intervención, pero hay quienes participan cuando hay "proyectos" financiados.
2: Es bueno hacer sinergia con el Estado, pero hay que alejarse del peligro de caer en el “consultorismo”, es decir, evitar que la participación en los mecanismos consejos y comisiones sea una forma de conseguir consultoría de parte de organizaciones no gubernamentales.
3: Abandono de la manía concupiscente del consenso y el “tó debemos estar juntos”. Hay áreas de coordinación como la anticorrupción, pero no en todo se debe estar juntos. Hay la necesidad de articulación de “tanques de pensamiento” de los sectores más excluidos y que ayuden al diseño de estrategias. ¿Qué organización política les representa, y cuáles tienen más oído para el mundo empresarial y de los sectores medios?
4: Resignificar lo político. Una tendencia peligrosa, dentro de las organizaciones de la sociedad civil, es el desprestigiar a la actividad política y creer que la buena participación se hace desde las esferas civiles, mientras que lo malo se encuentra en el mundo político. El universo de las organizaciones políticas y el de las organizaciones civiles se alimenta de seres socializados en la sociedad dominicana. Hay buenos y malos en todos lados.
5: Trascender la visión de que necesitamos más reformas institucionales, como si requiriéramos más leyes que engrosen las filas de los papeles que no se cumplen, ni se cumplirán. Usemos lo que hay: Ley de función pública, Ley de acceso a la información, Ley de presupuesto, Ley de compra y contrataciones del estado, decreto que crea las comisiones de auditorías sociales, Ley que establece el sistema nacional de planificación, entre otras.
Las organizaciones civiles y sus representantes hemos participado de una u otra forma en el debate sobre ellas. Algunas leyes apenas se cumplen, otras se violan sistemáticamente, y a pocas les hemos dado un seguimiento constantes, o “gardeo a presión”, como se dice en el basketball. Dejemos de pedir nuevas leyes y dediquémonos a hacer que se cumplan las existentes.
6: Necesitamos un diagnóstico claro, sin temor, no complaciente de la sociedad, del tejido social, del sistema político clientelar, y de las organizaciones civiles en general.
7: Finalmente tenemos el desafío de concentrar nuestras fuerzas, no seguir dispersos y quejándonos de que el otro no quiere aceptar que nuestra idea es la mejor, sin darnos cuenta que somos el otro de ese otro. Hay que dialogar entre nosotros, pero, tomando en cuenta lo diverso y plural de la sociedad civil. Muchas veces en el seno de los debates dentro de las organizaciones civiles decimos, “nosotros esto”, “nosotros aquello”, pero no nos interrogamos seriamente ¿de qué nosotros hablamos?
domingo, 8 de agosto de 2010
Política y ciudadanía
Por David Álvarez Martín.
La convivencia en sociedad amerita formas de organización y la legitimación del poder de quienes ejercen autoridad sobre los demás. Hasta donde hemos avanzado como especie humana en esos temas el Estado-Nación Moderno parece ser la forma más estable de organización y la Democracia la manera más decente de ejercer el poder. Modelos de ambos los hay para todos los gustos, obligando a ir más allá de la apariencia o las palabras a la hora de establecer donde efectivamente el Estado es un régimen de derecho y donde la democracia va más allá de torneos electoreros. Podemos afirmar que tras el andamiaje de todo Estado contemporáneo y el seno de toda pretendida democracia, late como juicio permanente el reconocimiento pleno de los derechos humanos. Son estos los indicadores de cumplimiento cabal de las funciones inherentes a un Estado y de madurez de la democracia en toda sociedad humana del presente.
Además del Estado y la Democracia es cuestión fundamental la manera en que se organiza la economía en toda sociedad. El ordenamiento económico obligatoriamente debe dar cuenta frente al Estado y la Democracia su manera de proceder, es por eso que hoy hablamos de Equidad y Desarrollo Sustentable. Lo primero porque no es legítimo un ordenamiento económico que no busque como objetivo central la participación de todos los miembros de la sociedad y que los beneficios generados lleguen a todos los participantes para su desarrollo personal y familiar. Lo segundo, todo modelo de Desarrollo debe apuntar a futuro, no se trata de que en el aquí y ahora haya prosperidad, si no que la misma se mantenga en el tiempo para beneficio de nuestros hijos y nietos. Es por eso que debemos prestarle atención a la preservación del medio ambiente, al desarrollo de tecnologías que usen energías limpias y a que la producción de bienes y servicios responda a un modelo estable en el tiempo y no a coyunturas momentáneas.
La construcción de un modelo político, social y económico que beneficie a todos los que vivimos en estos 48 mil kilómetros cuadrados y a nuestros descendientes es tarea obligatoria de todos. Hasta el momento quienes han detentado el control del Estado Dominicano, tanto como dictadores, como por elecciones, no han favorecido un proyecto semejante –excepción sea hecha de los 7 meses de Juan Bosch. La mayor parte de los capitalistas dominicanos y extranjeros que tienen inversiones en nuestro país tienden a un modelo rentista que no procura el bienestar de los trabajadores y empleados de sus negocios, y mucho menos el desarrollo del entorno social donde se ubica. El grado de pobreza que afecta a más de la mitad de la población dominicana convierte en mendigos a hombres y mujeres frente a las dádivas procedentes de políticos, en chiriperos, en guardias y policías, o en carne de cañón para la delincuencia común o el microtrafico de drogas.
La clase media que ha logrado articularse en nuestro país sigue siendo el sector más presionado por todos los frentes. Por su idiosincrasia es el grupo más estable y con vocación de construir una sociedad próspera, pero a la vez es cuna de proyectos revolucionarios, propuestas democráticas e incluso con tendencias autoritarias cuando siente que la falta de orden pone en peligro su estabilidad. Esta clase media es expoliada fiscalmente por los gobiernos porque es el grupo más fácil de regular, siempre teme a la proletarización cuando ocurren graves crisis macroeconómicas y no recibe ningún beneficio en servicios públicos como energía, agua, educación, seguridad ciudadana o salud.
Desde la ciudadanía debemos encontrar nuevas formas de participación política que permita la transformación de nuestra sociedad hacia un modelo más equitativo, próspero, democrático y sustentable. Por supuesto es necesaria la participación partidaria, sea en las estructuras actuales o en nuevas que puedan ser creadas, pero no debemos dejarnos atrapar por la lógica de los partidos políticos.
La convivencia en sociedad amerita formas de organización y la legitimación del poder de quienes ejercen autoridad sobre los demás. Hasta donde hemos avanzado como especie humana en esos temas el Estado-Nación Moderno parece ser la forma más estable de organización y la Democracia la manera más decente de ejercer el poder. Modelos de ambos los hay para todos los gustos, obligando a ir más allá de la apariencia o las palabras a la hora de establecer donde efectivamente el Estado es un régimen de derecho y donde la democracia va más allá de torneos electoreros. Podemos afirmar que tras el andamiaje de todo Estado contemporáneo y el seno de toda pretendida democracia, late como juicio permanente el reconocimiento pleno de los derechos humanos. Son estos los indicadores de cumplimiento cabal de las funciones inherentes a un Estado y de madurez de la democracia en toda sociedad humana del presente.
Además del Estado y la Democracia es cuestión fundamental la manera en que se organiza la economía en toda sociedad. El ordenamiento económico obligatoriamente debe dar cuenta frente al Estado y la Democracia su manera de proceder, es por eso que hoy hablamos de Equidad y Desarrollo Sustentable. Lo primero porque no es legítimo un ordenamiento económico que no busque como objetivo central la participación de todos los miembros de la sociedad y que los beneficios generados lleguen a todos los participantes para su desarrollo personal y familiar. Lo segundo, todo modelo de Desarrollo debe apuntar a futuro, no se trata de que en el aquí y ahora haya prosperidad, si no que la misma se mantenga en el tiempo para beneficio de nuestros hijos y nietos. Es por eso que debemos prestarle atención a la preservación del medio ambiente, al desarrollo de tecnologías que usen energías limpias y a que la producción de bienes y servicios responda a un modelo estable en el tiempo y no a coyunturas momentáneas.
La construcción de un modelo político, social y económico que beneficie a todos los que vivimos en estos 48 mil kilómetros cuadrados y a nuestros descendientes es tarea obligatoria de todos. Hasta el momento quienes han detentado el control del Estado Dominicano, tanto como dictadores, como por elecciones, no han favorecido un proyecto semejante –excepción sea hecha de los 7 meses de Juan Bosch. La mayor parte de los capitalistas dominicanos y extranjeros que tienen inversiones en nuestro país tienden a un modelo rentista que no procura el bienestar de los trabajadores y empleados de sus negocios, y mucho menos el desarrollo del entorno social donde se ubica. El grado de pobreza que afecta a más de la mitad de la población dominicana convierte en mendigos a hombres y mujeres frente a las dádivas procedentes de políticos, en chiriperos, en guardias y policías, o en carne de cañón para la delincuencia común o el microtrafico de drogas.
La clase media que ha logrado articularse en nuestro país sigue siendo el sector más presionado por todos los frentes. Por su idiosincrasia es el grupo más estable y con vocación de construir una sociedad próspera, pero a la vez es cuna de proyectos revolucionarios, propuestas democráticas e incluso con tendencias autoritarias cuando siente que la falta de orden pone en peligro su estabilidad. Esta clase media es expoliada fiscalmente por los gobiernos porque es el grupo más fácil de regular, siempre teme a la proletarización cuando ocurren graves crisis macroeconómicas y no recibe ningún beneficio en servicios públicos como energía, agua, educación, seguridad ciudadana o salud.
Desde la ciudadanía debemos encontrar nuevas formas de participación política que permita la transformación de nuestra sociedad hacia un modelo más equitativo, próspero, democrático y sustentable. Por supuesto es necesaria la participación partidaria, sea en las estructuras actuales o en nuevas que puedan ser creadas, pero no debemos dejarnos atrapar por la lógica de los partidos políticos.
miércoles, 4 de agosto de 2010
Buscando un espacio para publicar
Por David Álvarez Martín.
En el año 1996 publiqué unos tres artículos sobre el tema de los derechos de la mujer en el periódico Listín Diario. Fue mi bautismo en este oficio de opinar en la prensa. No continué en el Listín porque el Director de ese momento no me ofreció un espacio regular y desde El Siglo me plantearon si tenía interés en escribir semanalmente. Acepté con una mezcla de mucha ingenuidad y mayor motivación, pero no me arrepiento del camino recorrido. Estuve en El Siglo hasta su cierre, precisamente el día que murió Juan Bosch Gaviño. Ese mismo día Ferrán, director de ese entonces de El Caribe, me recibió con los brazos abiertos hasta que hace un mes me anunciaron que por motivo de la disminución de espacio iban a prescindir de la mayor parte de los articulistas.
Me moví hacia Clave Digital y en seguida Fausto Rosario me ofreció espacio en su versión digital, y luego de 4 artículos semanales recibo un email de parte de él anunciándonos a los articulistas del cierre de Clave Digital y su versión impresa de los jueves. No es motivo de orgullo de mi parte que esté presente en el cierre de dos grandes medios dominicanos como El Siglo y Clave Digital, todos perdemos con la desaparición de periódicos de tanta calidad.
Por el momento he decidido armar este blog para expresar mis puntos de vista. Prometo solemnemente publicar un artículo cada lunes y a veces durante la semana publicar trabajos de amigos y temas que me interesan. Quizás sea la forma adecuada de opinar en estos tiempos.
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